Con la caída del sol, las playas de Nerja comienzan a vaciarse. Los bañistas se despiden por un día más de la arena y del mar y se disponen a regresar a sus casas, apartamentos u hoteles. Durante unos instantes, la ciudad parece estar en plena calma… aunque lo cierto es que esto es sólo una ilusión momentánea. Incluso en invierno, las calles de Nerja por la noche vuelven a llenarse de personas que se divierten en sus bares, restaurantes, pubs y discotecas y que encuentran en el ocio nocturno el final perfecto para un día de vacaciones inolvidable.

En este maravilloso enclave de la Costa del Sol las posibilidades son variadas y se adaptan a toda clase de gustos y preferencias. Para comenzar, se puede visitar el Balcón de Europa. Con un ambiente relajado y más familiar, destacan los restaurantes que ofrecen música en directo y comidas tradicionales llenas de sabor e ingredientes naturales, los cuales permanecen abiertos hasta pasada la medianoche.
Otro punto de encuentro es la Plaza Tutti Frutti y la calle Antonio Millón, en donde se ubican numerosos pubs y locales. Al estar todos tan cerca, se puede ir de uno a otro sin necesidad de caminar durante largo tiempo. Generalmente, abren hasta las 04.00 de la madrugada y tienen un amplio repertorio de música de todos los estilos. Son, en definitiva, un buen lugar en el que charlar, bailar y tomar unas copas. Y para quienes buscan una fiesta aún más duradera, las discotecas son una alternativa perfecta.
Por último, cuando los rayos de luz comienzan a aparecer por el horizonte, las churrerías de Nerja son el lugar ideal al que acudir para tomar un buen y reconstituyente desayuno que permita seguir disfrutando de un día junto al mar en esta emblemática ciudad.